La prueba de Kastle-Meyer se erige como un método fundamental en la ciencia forense para la detección presuntiva de sangre. Dentro del ámbito de la investigación forense, las pruebas presuntivas desempeñan un papel crucial al ofrecer indicaciones preliminares sobre la naturaleza de una sustancia encontrada en la escena de un crimen. La prueba de Kastle-Meyer, en particular, es ampliamente reconocida y utilizada para la identificación inicial de posibles manchas de sangre. Un proyecto de bachillerato centrado en esta prueba no solo introduce a los estudiantes en los principios químicos subyacentes, sino que también les ofrece una visión práctica de las técnicas empleadas en la ciencia forense, combinando de manera efectiva la teoría con la aplicación práctica en el contexto de la química y la biología.














